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::::: Nombre :::::
Tres Picos | A él se asciende por la pared interna del cerro, que sube en medio de dos de sus tres siluetas, que dan nombre a la formación.
La cumbre es un lugar que ofrece una vista inigualable de los alrededores, las lagunas y el embalse cercano, los campos cultivados y la pampa que se extiende al infinito. En días propicios es posible ver la línea de la costa atlántica.
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::::: Lugar :::::
En la provincia de Buenos Aires | Es la cumbre de la región y del sistema de la Ventanía.
Geológicamente, es de origen precámbrico.
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::::: Zona :::::
Latitud: 38º 8' S; Longitud: 61º 58' O.
WP MDA para GARMIN:
Cerro Tres Picos.gdb |
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::::: Altura :::::
1.239 m.s.n.m. Su ascensión no presenta ninguna complejidad y permite conocer el paisaje característico del cordón montañoso en el que se emplaza.
En las cercanías del cerro Tres Picos, destacan el cerro Napostá de 1.110 m, el cerro Destierro de 1.172 m, el cerro Ventana de 1.136 m, el cerro de la Carpa de 1.066 m, y el cerro Bahía Blanca de 739 m.
En otras sierras también destacan el cerro La Sofía de 959 m, el cerro Áspero de 800 m, el cerro Agua Blanca de 800 m, el cerro Gran Chaco de 865 m, el cerro Curamalal Grande de 741 m, el cerro Pan de Azúcar de 741 m, y el cerro Guanaco de 929 m. |
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::::: Temperatura :::::
El clima en general es del tipo templado, con mayor humedad en las zonas interserranas.
Las épocas más lluviosas son la primavera, fines del verano y principios del otoño.
La temperatura media del verano es de 20,5º C, con una máxima absoluta de 40º C. En invierno la temperatura media es de 8º C.
Se producen heladas y ocasionalmente, algunas nevadas.
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::::: Galerías :::::
Daniel Savorgnano, cumbre C° Tres Picos, por Eduardo Batigane
Eduardo Batigane, cumbre C° Tres Picos, por Daniel Savorgnano
Imágenes de Google C° Tres Picos
Imágenes de Google C° Napostá
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::::: Tips :::::
Este sistema serrano se halla constituido en su mayor proporción por rocas cuarcíticas originadas por el trabajo constante de mares someros, que ocuparon esta región durante la era primaria o paleozoica. La orogenia de las sierras se produjo en la era mesozoica. En la era terciaria, los fuertes efectos tectónicos que afectaron al planeta, produjeron en estas sierras una importante destrucción, que conjuntamente con los efectos erosivos labraron una morfología caracterizada por las fuertes pendientes, abras transversales a la elongación de las sierras y cerros cuyas rocas se ven totalmente partidas y fracturadas. Son sierras de idénticas características a las del Sur de Africa y Australia.
El sistema de Ventania, también conocido como sierras Australes de la provincia de Buenos Aires, se ubica al suroeste de dicha provincia. Son siete las sierras que integran este sistema: sierra de la Ventana, sierra de Curamalal, sierra de Bravard, sierra de Puán, sierra de Las Tunas, sierra de Pillahuincó y sierra de Chasicó o de Los Chilenos.
Hay, asimismo, numerosas vías de escalada abiertas en distintos cerros de la región. También se puede disfrutar de cabalgatas y recorridos en bicicleta de montaña, con numerosos recorridos por una orografía óptima para la práctica de estas actividades.
Calendario Turístico.
Como llegar?
Desde Buenos Aires se puede llegar en trenes provenientes de Plaza Constitución, arribando dependiendo del día a las localidades de Sierra de la Ventana o Tornquist. La otra alternativa es viajar en avión, arribando a la ciudad de Bahía Blanca y desde allí combinando los servicios de trenes y micros.
Desde Bahía Blanca se puede llegar en tren y micro.
Por el Chegu: Una vez en Torquinst, desde el tren u ómnibus es necesario un remise hasta la Estancia Funke. En la estancia cobran por día de permanencia, salvo que quieras pernoctar en los dormis, en cuyo caso el precio no está incluído. Si el remise te lleva hasta la Estancia, tené en cuenta que luego de registrarse en la Administración, hay un par de kilómetros hasta la Glorieta, lugar que inicia formalmente el trekking.
fundacionfunke.org.ar/turismo
+54 291 494-0058
turismo@fundacionfunke.org.ar
Cueva de los Guanacos
Cueva de los Guanacos, Bs. As. 2022, por Daniel Savorgnano
Cueva de los Guanacos, Bs. As. 2022, por Daniel Savorgnano
Ya perfilados en el sendero hacia el Tres Picos veremos coronando una profunda hondonada, una cueva igual a la de los cuentos infantiles. Una boca negra en la piedra gris del macizo de unos diez metros de ancho por seis de alto y quince de profundidad aproximadamente, donde es posible ingresar y acampar. Mencionando que su entrada mira directamente al Tres Picos separado de la cueva por la hondonada antes mencionada en la cuál es posible proveerse de agua fresca que fluye entre piedras.
Esfuerzo final
Se asciende por la pared interna del cerro. Allí hay un acarreo de piedras durante unos treinta metros que desemboca en una platea de rocas que permite reponer el aliento.
Finalmente, sólo quedan unos diez a quince metros de trepada sencilla, por una pared de piedras para llegar a la cima de Buenos Aires. |
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::::: Refugios / Campamentos :::::
Cueva de los Guanacos, Bs. As. 2022, por Daniel Savorgnano
Cueva de los guanacos y dormis en la Estancia Funke (hay que reservar con anticipación). |
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::::: Flora y Fauna :::::
La flora Se han contabilizado más de 300 especies. Podemos encontrar representantes de la flora autóctona en barrancas de ríos o bases de cerros, tales como Chañar, Molle, Brusquilla y Chilca. En zonas bien definidas, especies endémicas como Llantén, Festuca ventanícola, Senecio ventanensis. Se pueden encontrar gran cantidad de gramíneas como Paja Vizcachera, Flechillas, Paja Colorada y Cortaderas, que aparecen tanto en valles como en laderas. Dentro de los roquedales se observan plantas resistentes a las sequías, tales como: Claveles del Aire, y Helechos.
La fauna autóctona incluye, entre los mamíferos: Guanacos, Zorros, Zorrinos, Peludos, Mulitas y Vizcachas. Nota MDA 2022; Es fáctible toparse con alguna serpiente; por ejemplo YARARA.
Dentro del grupo de las aves, se encuentran: Perdices, Picos de Plata, varios tipos de Tordos, Lechucitas de las Vizcacheras. Aves rapaces como Halconcitos, Lechuzones y el Águila Mora. También hay aves carroñeras como Caranchos y Chimangos.
Entre los representantes de la flora y la fauna exóticas existen: Cardos, Abrepuños, Flor Morada y Caballos Cimarrones, Ciervos, Cabras y Truchas. Estas especies, si bien fueron introducidas en la zona, se han naturalizado. En consecuencia, también son protegidas.
Cabe destacar que en el Parque Provincial Ernesto Tornquist existen al menos tres especies consideradas “endémicas”, dos vegetales y una animal: el Llantén (Plantago bismarcki), la Festuca Ventanicola y la Iguana de Cobre (Prystidactylus casuhatiensis). |
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::::: Alimentación :::::
La alimentación ideal consiste en desayuno, almuerzo, cena y ración de Marcha. Algunos ejemplos son:
Desayuno: Café o té, avena, cereales, pan envasado “larga vida”, mermelada, leche semi-descremada, mantequilla, jamón, queso, huevos 2 veces durante la expedición.
Almuerzo y Cena: pastas, sopas, arroz, carne de vacuno, carne de pollo, ensaladas, salchichas, ensaladas de verdura fresca (los primeros días), ensaladas de verdura en conserva (los días de cumbre), pescado en conserva, postres, postres de leche, frutas naturales y en conserva o Comidas Gourmet termoestabilizadas como las de Sabor de Reyes (se pueden adquirir en tiendas especializadas). Vino, café, té y agua de hierbas como bajativo.
Raciones de marcha: Chocolates, galletas, maní, pasas, almendras, dulces, jugos isotónicos y agua.
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Para ampliar el menú, consulta nuestra sección COMIDAS. Algunas de las mejores propuestas para preparar las comidas que podés hacer en tu próximo viaje a la Montaña. Comida termoestabilizada, platos tradicionales de pescado, recetas rápidas, comida oriental, composición de alimentos, lípidos o grasas, etc. |
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::::: Leyendas :::::
El misterio el Bienpeinado:
Hace mucho tiempo, en Katrü-Katrü, junto al lago Nonthúe, un muchacho cuidaba sus ovejas.
Todos los días las llevaba a pastar entre las grandes rocas partidas que tachonan el valle y las acompañaba hasta el borde del agua.
Un día, mientras el rebaño se dispersaba, el pastor advirtió sobre el suelo, entre las piedras, huesos, plumas, cueros y otros restos de animales que formaban una especie de huella. Intrigado, siguió el reguero que se adentraba un poco en la montaña y desembocaba en una cueva rocosa y oscura.
La gruta parecía profunda, y el muchacho se internó en ella en cuatro patas, tanteando el suelo con sus manos a cada paso.
Al tocar la superficie fría y húmeda, sentía que se apoyaba sobre muchas piedritas sueltas.
Tomó un puñado, retrocedió y, a la luz del sol, vio con gran sorpresa que lo había juntado eran pepitas de oro. Durante todo el día el muchacho pensó que hacer. Decidió contarles a sus amigos el descubrimiento que había hecho y explorar juntos la cueva.
Vendrían esa misma noche a llevarse el tesoro.
El grupo caminaba hacia la cueva guiado por el pastor. Cuando ya iban llegando no sé que temor los hizo detenerse a poca distancia de la entrada, iluminada por la luna llena. Entonces vieron, sentado en un peñasco a la vera de la cueva, a un hombre negro como un tronco chamuscado, con la cabeza erguida y el pelo prolijamente alisado. Mirándolo mejor, advirtieron que solo era hombre de la cintura para arriba, la otra mitad era el cuerpo grueso y largo de una gran serpiente, enroscado debajo de su torso. El susto fue tan grande que todos, menos el pastor, murieron allí mismo, fulminados por la terrible visión.
El muchacho se fué corriendo a buscar ayuda, pero cuando los familiares de los muertos llegaron al lugar a recoger los cadáveres y, lleno de furia, quisieron abalanzarse sobre el monstruo, les paso lo mismo que a sus hijos y hermanos: cayeron aniquilados.
Entonces se decidió formar un ejercito para atrapar al hombre-serpiente, que seguía sentado en su roca, imperturbable, enroscando y desenroscando lentamente su larga cola. Provistos de grandes palos, los hombres lo rodearon y se le acercaron, amenazándolo con los garrotes. Así pudieron apresarlo.
Lo subieron a un carro tomándolo de los sobacos, torpemente, porque nadie quería tocar el cuerpo escamoso y frío que le nacía de la cintura. El Bienpeinado, como le decían todos, arrastro su cola por el suelo, con un ágil movimiento la levanto hasta el carro y la enrosco a un costado. Los hombres llevaron al monstruo hasta una gran planicie, donde lo matarían.
Lo empujaron para bajarlo del vehículo y allí quedo, sentado en el pasto ondulante, siempre con la cabeza erguida y la mirada dirigida al lago. Una multitud esperaba en el lugar para contemplar el espectáculo. Muchos gritaban desde el corro, pidiendo la muerte del hombre-serpiente, pero nadie se animaba a acercársele. Solo una pequeña vieja mapuche se adelantó lentamente y se sentó frente al monstruo, arrebujada en su mantón.
Entonces el Bienpeinado hablo por primera vez: - No me maten!!! – les dijo – Si lo hacen, sufrirán una gran desgracia. El lago crecerá e inundará este campo, el valle sembrado, las casas y los bosques. Arrastrará los animales y los chicos, se quedaran sin nada. Y lo que no se haya llevado la inundación lo destruirán los terremotos. En cambio, si no me maltratan, les daré una buena cantidad de oro, que podrán repartir. Pero, antes, devuélvanme a mi cueva...
Y en medio del silencio que se produjo, a la vista de todos, el Bienpeinado comenzó a expulsar, como si fueran excrementos, pepitas de oro.
En poco tiempo la planicie se cubrió de trocitos dorados que la gente, enloquecida, juntaba a manos llenas.
Solamente la vieja despreció la cosecha. Se quedó sentada observando atentamente al Bienpeinado, y su mirada estaba llena de compasión. Por fin se levantó, se escupió en la mano derecha y se la tendió al hombre-culebra, que la estrecho con la suya. Y así compartieron sus grandes secretos.
Agotado el oro, los hombres volvieron a cargar al Bienpeinado en el carro, que dió la vuelta y se marchó camino a la cueva, seguido por la multitud, dejando atrás solo a la vieja mapuche sentada en medio de la planicie.
Al llegar a las cercanías de la gruta los esperaba una sorpresa: el paisaje había cambiado, ya nada parecía ser como antes, y donde había estado la cueva se levantaban ahora dos árboles separados por cierta distancia que sostenían en el nacimiento de sus copas una estaca horizontal. De la estaca pendía un cuero de guanaco que el viento hacia ondular, azotándolo furiosamente.
La gente, que supo reconocer la señal, se detuvo. En silencio todos se volvieron hacia el prisionero, pero el carro estaba vacío, y ya nunca nadie vería otra vez al Bienpeinado.
Cuando buscaron entre sus ropas las pepitas de oro que les había regalado, solo encontraron excrementos...
Volvieron entonces hasta la planicie donde había ocurrido el milagro, pero en su lugar había un bosque, cuyo suelo estaba cubierto de pequeñas y desconocidas flores doradas.
Los mapuches llamaron a la flor nueva “Kuram-filu”, que quiere decir “huevo de culebra”.
Y el que se fijo bien supo distinguir que sus pétalos formaban la figura de una mujer sentada y envuelta en su amplio Küpan, con el mentón saliente y tres pequeños rodetes en la cabeza. |
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::::: Fuentes de información :::::
Montipedia | MundoTrekking | PolíticaUruguay | el Chegu | Funke turismo
Edición general; Daniel O. Savorgnano
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