Una vez hemos comprado la cuerda y nos disponemos a utilizarla por primera vez, deberíamos coger estas buenas costumbres:
1. Extender la cuerda siempre sobre una manta (a veces la misma bolsa de transporte que os venden ya lleva una en su interior): Esto permite que la superficie donde se apoya la cuerda está más limpia que el suelo y evita que la tierra y el polvo estén en contacto directo con las fibras.
2. Nunca jamás pisar la cuerda (a todos los que escalamos nos marca un antes y un después cuando te dicen que NUNCA pises la cuerda): El motivo es sencillo. Al pisar la cuerda, aunque no te lo parezca, pellizcas las fibras de su interior y puedes desgastarlas. Al mismo tiempo, el polvo y tierra que acumulas en tu calzado penetra en la cuerda, acelerando muchísimo su desgaste. ¿Qué problema puede pasar entonces? Pues que aparentemente la cuerda esté bien por fuera, pero se haya desgastado por dentro, pudiéndose romper en una caída. Ojo con pisar la cuerda. Nos va la vida en ello.
3. Evita que la cuerda se moje. Y eso no quiere decir solo que la guardes si empieza a llover, sino que también significa que está prohibido beber agua, cocacola o comer una sopa si estás muy cerca de ella. Todos sabemos lo inoportuno que es Murphy, y si puede caernos el agua, no dudéis que se caerá!
4. Cuando hayas acabado de escalar y te dispongas a recoger la cuerda, revisa con el tacto de tu mano que no haya ninguna zona con abrasamiento o algún bulto que pueda significar que la cuerda está dañada en su interior. También evita que se retuerza.
5. Aunque mucha gente es partidaria de recoger la cuerda sobre sus hombros haciendo lazos para que quede perfectamente ordenada, la verdad es que hablando con gente muy entendida y que lleva toda la vida escalando me dijeron que para que la cuerda esté siempre “suave” basta con dejarla tal como cae dentro de la funda, dejando los dos extremos visibles. Dicen que así se evita que la cuerda se retuerza o coja formas anormales.
6. Si la cuerda está sucia… Lávala! Utiliza un jabón especial para cuerdas de escalada o uno neutro y lávala con cariño en un recipiente con agua o en la bañera. Después aclarala y déjala secando en la sombra. Una cuerda limpia y en buen estado te durará mucho más.
7. Evita que esté muchas horas expuesta al sol.
Espero que estos simples consejos te sean útiles y los vayas automatizando hasta que sea una rutina para ti. Las cuerdas de escalada sostienen el precioso peso de nuestras vidas y vale la pena elegir una de calidad y cuidarla al máximo.
BatiWarhol en eXcalar by Muñoz fotograPI.
por Raul Gasa