Desde que recuerdo soy cocinera.
Empecé contemplando a la nona cuando hacía sus fideitos caseros del domingo. Después haciendo tortas de barro en el patio y cuando pude, me trepe a un banquito y empecé a cortar a su lado, todas las sobras de las verduritas que ella usaba para cocinar.
De un momento para el otro el otro, la
niñez y la adolescencia habían pasado y el momento de decidir que carrera estudiar,
había llegado... no tuve ni que pensar, yo siempre lo había sabido, quería ser cocinera y así transformar los alimentos
en amor del bueno!
Estudie cocina en una escuela llamada
“Islas Malvinas", situada en mi amada Mendoza.
Antes y durante mis estudios, mis pies
bailaban y mis manos cortaban dentro de
cada cocina en la que se me permitia trabajar.
Al terminar mis estudios ya había pasado
por restaurantes, hoteles, catering y
alguna bodega también!
Entonces decidí partir al sur y con la ayuda
de mi padre, construimos el lugar de mi
sueños.... una rotiseria a donde abundaba
la comida casera y el amor de mis
entrañas.
Pero el tiempo pasaba por la vereda y mi
vida transcurría entre esas 4 paredes que
ya no me entusiasmaban, yo quería ser
libre, no me interesaba la plata, quería
crecer, aprender de los demás y así como
venía, eso ya no estaba pasando... cerré
todo, y me fui a donde todo había
empezado, mi querida Mendoza.
Ahí un sueño había quedado pinchado con
chinche en la pared de corcho, el de
cocinar en Aconcagua... entonces fui a
buscarlo y lo encontré!
Un amigo me consiguió una entrevista y
quede seleccionada. Ese verano fue mi
primer temporada, durisima, única e
inigualable.
Desde ahí que me dedico casi
exclusivamente a cocinar en el monte...
Un día de suerte, me suena el teléfono y
miro la pantalla, un gran amigo ahí estaba.
El me contó que el dueño de una
prestigiosa empresa de logística de
montaña estaba buscando Chef, y el me
quería recomendar... porsupu que le dije
que si y allá fui y ¡acá estoy!
Hoy estoy al mando de la cocina de su
empresa, junto con un gran equipo; y soy
la primer mujer en la historia en trabajar
como chef en el Mt. Everest, Mt. Manaslu,
K2 y Broad Peak!
Huili Pascual, Pumori (2022)
Es un orgullo para mi poder compartir esta
experiencia de vida...
Me sentí frustrada infinitas veces y esto
me enseñó a buscar, a intentar y a
reinventarme.
Me enseñó que con amor, fe, pasión,
inteligencia y humildad, lo imposible se
hace posible. |