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::::: Historia :::::
Una vez más a Catamarca, esta vez los objetivos eran las cumbres del Gendarme argentino y del Ojos del Salado (lado argentino), el volcán activo mas alto del planeta y 2da. altura de américa luego de Aconcagua. Esta expedición estuvo integrada por; Jorge Vitón vice presidente del CABA, Gustavo Giardini, Javier Ibarlucia, Walter (Wally) Corvalan, Manuel Compañez, Francisco Calderon, Carolina Fornasari, Adrián Sánchez como Jefe de Expedición, Andrea Touson, Roberto Gomez, Ezequiel Dorsa y yo, Daniel Savorgnano.
Desde lo prevesible la complejidad era sin lugar a dudas la aproximación hasta el Campamento Base, una vez que dejáramos la ruta (cerca de 60 kms a pata). Pero ya habría tiempo para eso, entretanto partimos con Wally el 2 de Enero de 2015 por la mañana, en nuestro caso desde Buenos Aires a Villa María, Córdoba, donde habíamos acordado con el resto para hacer noche. Al día siguiente, llegamos a Fiambalá (Catamarca) para comenzar con algunos trámites de rigor y el proceso de aclimatación (lamentablemente días antes, había fallecido el alpinista vasco Fernando Osa). El mismo con el correr de los días, incluyó a los refugios de emergencia situados en la RN60 y el ascenso de los cerros Naranja y Aguas Calientes. La aclimatación progresó sin contratiempos y con un excelente clima.
Cumbre cerro Naranja,
foto de Adrián Jorge Sánchez |
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Cumbre cerro Aguas Calientes,
foto de Javier Ibarlucia |
El grupo completo con los arrieros,
foto de Walter Corvalán |
Vista del Cordón MDA,
foto de Daniel Savorgnano |
Posteriormente... abandonamos el asfalto, los autos, e iniciamos un recorrido fabuloso plagado de paisajes, buen clima, agua potable y excelente compañia.
Pasaron los días y conocimos el Quemadito, el Chorro, Aguas Calientes, Aguas de Vicuña y el Arenal, el Campamento Base. Una vez allí, el primer objetivo fué el Gendarme Argentino (primer seismil del viaje), al que cada uno a su ritmo, logró llegar hasta su punto más alto.
Daniel Savorgnano, cumbre del vn. Gendarme Argentino
(foto de Javier Ibarlucia). Detrás el Medusa, el Incahuasi y... más.
Unos días pasaron hasta el 15 de enero, en que amaneció con un clima óptimo, tanto para quienes estaban en el CB avanzado y que fueron por la cumbre del Ojos, como para nosotros en el Arenal Jorge y yo, además de 3 amigos que llegaron de Rosario el día anterior. La historia en cambio parecía visualmente enrarecerse con el paso del tiempo por detrás del portezuelo. Finalmente, cerca de las 11 am dejé a Jorge y de dar vueltas y partí en solitario con intención de hacer el Medusa tal como habíamos decidido con Adrián, yendo simplemente por el filo visible desde el portezuelo, aunque como siempre en la montaña, "hay que subir para saber y bajar para caer"... y esta no iba ser de ninguna manera la excepción.
Pronto y ya recorriendo el filo, a la izquierda el clima era perfecto y la derecha lo contrario, llegaba una bruma cresciente que arremolinaba frío. El terreno era simple de transitar aunque con parajes de una extrañeza y belleza, realmente increíbles. Enormes piedras circulares, literales pelotas producto de los juegos constantes del viento, una gran laguna allá abajo y la vista lejana luego de un tiempo, del CB, del Gendarme argentino, el Ojos y muchos grandotes de la zona. Pronto entendí que el objetivo original iba a provocar un tiempo incierto y que pese a que tenía el equipo para afrontarla, tal vez terminaba preocupando a Jorge y volviendo entrada la noche. Al mismo tiempo que me venía debatiendo, una cumbre mas cercana me llamó la atención y como en alguna otra ocasión ya me pasó, sin darle mucha vuelta, la curiosidad me pudo y mis pasos fueron a otro lado.
En principio decidí afrontar a lo que se veía como la cara más sencilla, con una pendiente no muy pronunciada, aunque con el pasar del tiempo se iba empinando estimo que hasta unos 30, 35, incluso por algunos metros tal vez vez unos 40°. Llegué hasta una pre-cumbre y luego por explorar, por seguridad e inestabilidad del terreno, comencé a ascender los últimos metros tranquilo, paso a paso, a veces ayudandome con las manos y disfrutando a sabiendas de que le quedaba poco a la aventura. Si bien calculo que a muchos nos pasa, el que soñamos con pisar terreno virgen o encontrar algo distinto en estas instancias, la mayoría de las veces el regalo que obtenemos es simplemente llegar al 50% del viaje, maravillarse con la Pacha, reveer lo pasado durante la vuelta, ver con mas claridad nuevas rutas y soñar el próximo ascenso. Esta vez, no fué así...
Ya en la cumbre quedé aturdido con el paisaje; el tres Cruces, el Gendarme, el Ojos, el Muerto, el Medusa, el Incahuasi y decenas de moles esperando por ser caminadas y, bajo unas pocas piedras, una chapa con algo más... Llevaba encima el GPS y bien rápido tomé el Way point, al igual que lo había hecho con la prominencia o antecumbre y un par de hitos previos. Realmente estaba emocionado, pero también por un momento algo triste de estar solo en ese momento, porque sabía que se trataba de un testimonio, pero no de cuando. Aunque ya presumía por la ubicación y el deterioro de la aparente lata, no era nada reciente.
No pude mas y con cuidado moví las piedras y ví los restos de un papel con el dibujo de una abeja, un no se que enrrollado y si, una lata metálica pequeña de pastillas espectorantes suizas de la década del '50!!! (tal vez alguna gota se me piantó). Traté de abrirla con cuidado porque estaba bastante húmeda, producto del clima, pero la verdad no pude. Pronto me saqué la mochila y busque una bolsa ziploc que suelo llevar, agua y algo para picar. Sentado en la cumbre, con un poco al reparo, descansé por un tiempo y decidí ya que no pude utilizar la cámara, trocar como antaño se hacía, los testimonios. Sin mas, dejé unas barritas de cereal para la Pacha, metí los restos de papel que al tacto se rompía, la pequeña lata y desenrollé lo que resultó se un banderín de paño azul con la palabra ARGENTINA. Bajando por el lado que me quedaba recorrer, desandé el camino, emocionado y con ganas de teletransportarme al CB para mostrar el hallazgo. Al llegar, junto con Jorge sacamos algunas fotos, empezamos con las hipótesis y así transcurrió toda la tarde.
Testimonio hallado por Daniel Savorgnano.
(foto de Jorge Vitón).
Al otro día, nuestros vecinos de Rosario se despidieron rumbo al ataque final del Ojos. 1 día después llegó el resto de nuestra eXpedición, habían logrado la cumbre del Ojos del Salado, además, una nueva variante y el hallazgo de piezas del helicóptero estrellado allá por 1.984.
Adrián Sánchez, cumbre del Ojos del Salado.
(foto de Manuel Compañez).
A modo de hobits intercambiamos historias y sin mucho relajo, luego emprendimos la vuelta. Caminamos algunas horas y sin pausa, hasta que ya entrada la noche llegamos a Aguas Calientes, picamos algo, y en mi caso, vivac y zZzZzZ.
Ya en la mañana, me dí el gusto de explorar los pircados pre-hispánicos de la zona, desayunamos y pateamos hasta el Quemadito. Allí una nueva sorpresa, Diego Novaira, Omar y un par mas de la AMC, estaban esperandome para saludar, ellos venían de otra mole, el Nacimientos. Pronto regresaron rumbo a San Fernando y nosotros a un Refugio abandonado tiempo atrás de Gendarmería, allí, un nuevo vivac.
(foto de Walter Corvalán).
Al otro día nos levantamos y partimos hasta los autos, de allí a Fiambalá, comida, bebida, termas, descanso y de nuevo a Buenos Aires. En el camino? Debatiendo cuando abrir la lata.
(foto de Walter Corvalán).
Finalmente el 24 de enero me decidí y con cuidado la abrí y por extraña coincidencia, efectivamente tal lo suponía, dentro había una nota escrita el 24 de enero, pero de 1956.
Testimonio hallado por Daniel Savorgnano, en la cumbre del Cerro.
(foto de Daniel Savorgnano).
A partir de allí y leyéndola, comencé varias averiguaciones sin resultado... por eso tanto tiempo en compartir esta nota. Una era encontrar gente ligada a quienes habían realizado la primera ascención y otra, ver si de ella había surgido el nombre del Cerro. La intención siempre, fué darles el merecido homenaje y no dejar este hallazgo fortuito como solitario trofeo en un cajón. Comparto entonces, las cosas que surgieron. Los nombres de; Anders Bolinder, Sergio Domicelj y Mathias Rebitsch, todos ellos autores de numerosas primeras ascenciones y exploraciones mayormente en los Andes argentinos y chilenos, la conjunción de 3 países; Austria, Suiza y Argentina, representada por integrantes del CABA, ATA y el CAB y que todos integraron una expedición con idéntico destino, el Ojos del Salado.
3 de sus integrantes que al igual que yo, llegaron a este casi seismil, atraidos por su forma 59 años antes. Aquí, va el texto completo e imagen:
24-1-1956
Anders Bolinder y Sergio Domicejl, componente de la expedición austro sueca argentina 55-56
realizamos la primera ascención (así lo suponemos) de esta cumbre acotada en el mapa
de la Sociedad Geográfica de N. York (1 : 1.000.000) con 5.850 mts. Buen tiempo.
Hora de llegada a la cumbre: 18.15 hrs. Salida desde el portezuelo de las 3 lagunas negras.
Tiempo de subida 2.45 hrs.
Jefe de la expedición: Sr. Mathias Rebitsch.
Firma Sergio Domicejl (CABA, ATA, CAB)
Firma Anders Bolinder (SFK, Himalayan Club)
Testimonio hallado por Daniel Savorgnano, en la cumbre del Cerro.
(foto de Daniel Savorgnano).
A raiz de esto, me atreví a bautizar la precumbre como Anders Bolinder y la cumbre del cerro como Sergio Domicelj. Debajo los detalles y Way points.
Daniel Savorgnano, y detrás el Cerro Sergio Domicelj (la prominencia superior) entre las sombras
(foto de Javier Ibarlucia).
Daniel Savorgnano
Responsable de contenido e imagen de MDA - Montañas De Argentina
Responsable de MDA outdoor y ex-socio CABA número 5722
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