¿De que se trata?
El Proyecto Queuña nace en septiembre del año 2021 a partir de una conjugación entre habitantes de la Puna e investigadores del CONICET. Su principal objetivo es la restauración ambiental a través de la reforestación con Queuña (Polylepis tomentella), pero sin dejar de lado las necesidades particulares de cada lugar. Es así que se trabaja con educación ambiental, huerta orgánica, plantas medicinales, la construcción de invernaderos para la producción de plantines y hasta con turismo rural en algunos casos.
Los bosques del genero Polylepis son endémicos de los Andes. Son importantes para proteger las cuencas hídricas, albergar biodiversidad y evitar la erosión del suelo. En muchos lugares son el único componente arbóreo y muchas veces ocurren más arriba de la línea de bosque continuo. A su vez son uno de los ecosistemas de montaña más amenazadas del mundo y la mayoría están degradados y su distribución reducida.
En Perú y el centro de Argentina, numerosos proyectos de reforestación (con otras especies del género) han demostrado ser útiles para recuperar los bosques, mejorar la calidad de vida de los pobladores y promover un turismo sustentable rural. Por último, la reforestación es un método eficaz para contrarrestar los efectos del cambio climático a largo plazo.
En Jujuy, Argentina existen 5 especies del género, por lo que se puede hablar de un “hotspot” o punto caliente para la especie. La especie más común y también la más amenazada es con la que trabajamos principalmente en este proyecto y es P. tomentella que se distribuye en Argentina únicamente en la Puna de Jujuy y en Bolivia.
Sin embargo, poco se sabe de esta especie, por lo que los esfuerzos de reforestar se ven dificultados por esta falta de conocimiento. Por lo tanto, un pilar de este proyecto, aparte de la educación y las comunidades, es la generación de una base de conocimiento científico en la cual apoyar las iniciativas de restauración.
Hasta la fecha se realizaron múltiples actividades desde la delimitación de terreno, localización de los bosques, visitas a las comunidades interesadas en trabajar en la conservación de Queuña, varias campañas de educación ambiental y ensayos de germinación y sustrato. Sin embargo, al ser la germinación muy baja (en invernaderos: 2,83 ± 1,27 % ex situ y 3,24 ± 0,73 % in situ, en cámara de germinación: 3.8 ± 3.1% a temperaturas de 20° diurnos y 10° nocturnos y 0.6 ± 1.0% a temperaturas de 32° diurnos y 20° nocturnos) necesitamos aumentar el esfuerzo de recolecta de semilla, como también mejorar las estrategias de multiplicación (el 100% de los plantines mueren exsitu) y fortalecer las acciones en terreno.
Actualmente, estamos construyendo varios invernaderos en la Puna para revertir este problema y planificando la primera campaña de plantación de la especie. Esperamos que más comunidades se sumen a esta importante tarea de reforestar y cuidar el ambiente, ya que los bosques de Queuña fueron utilizados ancestralmente por los habitantes de la Puna para la construcción, postes, leña y la producción de utensilios.
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